Beneficios de comer lento

¿Cómo se ha pasado tu año? ¿Rápido o leeeeento? En un mundo donde todo parece ir más rápido cada día, con alarmas, recordatorios, relojes, etc., hay que saber valorar los buenos momentos, y hay pocos tan sencillos y placenteros como sentarse a comer con tranquilidad.
En este artículo de 4Life Seguros queremos darte algunos tips para que puedas comer despacio y conocer los beneficios reales y profundos para la salud, el bienestar e incluso el ánimo.
Te invitamos a redescubrir el arte de comer sin apuro, como quien saborea la vida misma.
El cuerpo agradece el ritmo pausado
Cuando comemos, el estómago y el cerebro se comunican mediante señales químicas que indican cuándo estamos satisfechos. El problema es que este diálogo es un poco lento: el cerebro tarda unos 20 minutos en recibir el mensaje de “¡ya es suficiente!”.
Si comemos muy rápido, podemos ingerir mucho más de lo que necesitamos antes de que esa señal llegue. Comer despacio, en cambio, le da tiempo al cuerpo para procesar cada bocado, mejorar la digestión y evitar esa sensación de pesadez o hinchazón que tantas veces arruina el almuerzo.
¿Quieres saber un truco? Si te gusta comer con música, hazlo con música suave y relajada, ya que inconscientemente vamos comiendo al ritmo de la música.
La digestión empieza en la boca
A veces olvidamos que la digestión no empieza en el estómago, sino mucho antes: con la masticación. Al triturar bien los alimentos, los mezclamos con la saliva, que contiene enzimas que comienzan a descomponerlos.
Cuando comemos apurados, los trozos llegan grandes y sin suficiente saliva al estómago, obligándolo a trabajar de más. En cambio, si masticamos con calma, ayudamos a que todo el proceso sea más suave, más eficiente y menos incómodo.
¿Quieres saber otro truco? Deja los cubiertos sobre la mesa entre una mordida y otra. Ese es el tiempo perfecto para tu sistema digestivo.
Menos estrés y más disfrute
Comer despacio también es una forma de practicar algo muy de moda hoy: el “mindful eating” (rarito el término, ¿no?). Significa prestar atención al acto de comer, a los sabores, las texturas, los colores y los aromas.
En lugar de devorar la comida frente al televisor o mirando el celular, se trata de reconectarse con el placer del momento. Esto no solo mejora la relación con la comida, sino que también reduce el estrés y la ansiedad. En otras palabras alimentación consciente!
Apaga un ratito el teléfono. ¡Tú puedes!
Un aliado para el control del peso y la salud
Diversos estudios han demostrado que comer despacio ayuda a mantener un peso saludable. Al dar tiempo al cuerpo para registrar la saciedad, tendemos a comer menos sin sentir hambre.
Además, esta práctica puede ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y prevenir problemas digestivos como el reflujo o la acidez. Es decir, comer tranquilo no solo es placentero: también es una pequeña medicina diaria.
Un ritual que conecta
En muchas casas antiguas, la comida era el momento de encuentro familiar. Se conversaba, se reía y se compartían anécdotas alrededor de la mesa. Hoy, esa costumbre se ha ido perdiendo, pero siempre se puede hacer algo.
Comer sin apuro permite volver a disfrutar de la compañía, de los gestos, de las historias que surgen entre plato y plato. Y aunque uno coma solo, hacerlo con calma puede ser una forma de conectar consigo mismo, de honrar el propio cuerpo y la comida que se tiene delante. Tú eres con quien debes conectar.
Estos pequeños gestos transforman la comida en un momento de atención, disfrute y gratitud.
En 4Life Seguros estamos para atenderte en todas tus consultas y recordarte que la comida, como la vida misma, sabe mejor cuando se saborea con calma.

