
Cómo identificar cuándo una persona mayor necesita apoyo en salud mental

A medida que envejecemos, es normal que enfrentemos distintos cambios en nuestra vida: la jubilación, la partida de los hijos del hogar, la pérdida de seres queridos o incluso cambios en nuestra salud física. Todos estos momentos pueden afectar nuestra salud mental.
Sin embargo, muchas veces no hablamos de esto, porque pensamos que es «parte de la vida» o que «hay que aguantar». Pero la salud mental es tan importante como la física, y buscar apoyo no es una señal de debilidad, sino de valentía y cuidado propio.
Entonces, ¿cómo saber cuándo es el momento de pedir ayuda? En 4Life Seguros te damos algunos tips para que los identifiques en ti mismo o, del mismo modo, en un ser querido.
No te estás comportando de manera habitual
Es normal tener días tristes o sentirse cansado de vez en cuando. Pero si notas que llevas varias semanas sintiéndote decaído, desanimado o sin ganas de hacer las cosas que antes disfrutabas, puede ser una señal de que algo no anda bien. Algunas personas mayores sienten una tristeza profunda que no desaparece, o una sensación de vacío que no pueden explicar. Esto podría ser depresión, una condición muy común, pero que muchas veces pasa desapercibida. Si observas esto, es necesario buscar apoyo.
Te sientes triste y con problemas para dormir
Dormir bien es fundamental para sentirnos bien, tanto física como emocionalmente. Si te cuesta conciliar el sueño, te despiertas muchas veces durante la noche o sientes que no descansas lo suficiente, esto puede afectar tu estado de ánimo y energía durante el día. A veces, los trastornos del sueño están relacionados con tristeza, ansiedad o depresión, y vale la pena hablar con un profesional si el problema persiste.
Sentimientos de soledad o aislamiento
Muchas personas mayores experimentan soledad, sobre todo si viven solas o han perdido contacto con amigos o familiares. Aunque es normal extrañar la compañía, sentirse solo constantemente o pensar que «ya no se tiene a nadie» puede ser muy doloroso. Estos sentimientos no deben ser ignorados. Hablar con alguien, buscar grupos de apoyo o actividades comunitarias puede hacer una gran diferencia. Y si el sentimiento es muy intenso, buscar ayuda profesional puede ser muy beneficioso.
Preocupaciones constantes o ansiedad
Si sientes que estás siempre preocupado, con la mente dando vueltas, temiendo que algo malo pueda pasar, eso también es una señal a tener en cuenta. La ansiedad no es exclusiva de los jóvenes; muchas personas mayores la sienten, sobre todo cuando enfrentan problemas de salud, económicos o de movilidad. Vivir con una preocupación constante no es normal ni saludable.
Si te sientes confundido u olvidas cosas simples
Aunque es común que con la edad la memoria cambie un poco, si notas que tienes más dificultades para concentrarte, tomar decisiones o recordar cosas importantes, conviene consultar a un profesional. Estos síntomas pueden estar relacionados con temas de salud mental, o también con otros problemas médicos que deben atenderse.
Si tienes dificultad para realizar tus actividades diarias, es otro indicador de ayuda.
Pensamientos negativos sobre la vida
Este es un punto muy importante. Si en algún momento has pensado que tu vida ya no tiene sentido, que no eres útil o que preferirías no estar aquí, por favor, no lo ignores. Hablar de estos pensamientos con alguien de confianza o con un profesional de salud puede salvar vidas. Tu bienestar y tu presencia importan, y siempre hay formas de volver a encontrar sentido y alegría, incluso en momentos difíciles.
¿Entonces qué podemos hacer?
Si te has identificado con alguna de estas señales, no estás solo. Muchas personas mayores pasan por lo mismo, y lo más importante es saber que sí hay ayuda disponible. Puedes hablar con tu médico, con un psicólogo o un psiquiatra especializado en la tercera edad.
También es muy útil conversar con tus amigos y seres queridos. A veces solo necesitamos que alguien nos escuche con atención y sin juzgar. Y si no sabes por dónde empezar, puedes buscar recursos locales, centros comunitarios o líneas de ayuda para personas mayores.
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